El papel central del conocimiento y la información en los procesos productivos es una de las características de la sociedad contemporánea, al punto que el calificativo más frecuente que suele dársele es el de sociedad del conocimiento o sociedad de la información. Ojala pudiéramos algún día llamarla sociedad de la sabiduría o sociedad del aprendizaje permanente.
Se necesita con urgencia de un nuevo paradigma económico-productivo en el cual el factor más importante es el uso intensivo del conocimiento y la información. Las economías más avanzadas hoy día se basan en la mayor disponibilidad de conocimiento e información, todo esto va ligado con la denominada Globalización. Las ventajas comparativas dependen cada vez más del uso competitivo del conocimiento y de las innovaciones tecnológicas.
¿Cómo afecta este nuevo paradigma al conocimiento en la educación superior?
La globalización es un nombre nuevo para un fenómeno viejo, la expansión del capitalismo, no hay acuerdo en cuanto a lo que constituye la esencia de su modalidad actual.
Para la OCDE, la globalización es “un sistema de producción en el que una fracción cada vez mayor del valor y la riqueza es generada y distribuida mundialmente para un conjunto de redes privadas relacionadas entre sí y manejada por grandes empresas transnacionales que constituyen estructuras concertadas de oferta, aprovechando plenamente las ventajas de la globalización financiera, núcleo central del proceso”.
Hay quienes dicen que la globalización consiste en la capacidad de ciertas actividades de funcionar como unidad en tiempo real a escala planetaria.
“En resumen, nos dice Francisco López Segrega, la globalización está teniendo un gran impacto en la educación en cinco grandes áreas:
1) En la organización del trabajo y en los tipos de trabajo que la gente desarrolla, que exigen un nivel más alto de educación en la fuerza de trabajo y la recalificación permanente en cursos ad hoc.
2) Los gobiernos de los países en desarrollo están bajo la presión creciente de invertir más en todos los niveles educativos para tener una fuerza de trabajo más preparada capaz de producir con técnicas sofisticadas, única forma de competir en un mercado mundial cada vez más globalizado.
3) La calidad y el nivel de los sistemas educativos está aumentando a nivel internacional. El currículum se torna crecientemente complejo y la educación, en especial la superior, debe entrenar a los estudiantes en el manejo de las nuevas tecnologías y de varios idiomas. Por otra parte, se tiende a exigir cada vez más la rendición de cuentas acerca del manejo de los recursos y de los resultados alcanzados con relación a objetivos predefinidos.
4) La virtualización de la educación tiende a desarrollarse vertiginosamente, aunque no siempre con el objetivo de expandir la educación a un menor costo, vía la educación a distancia. La educación por Internet tenderá a convertirse en la forma predominante de educación y en especial de educación superior.
5) Las redes de información globalizadas implican la transformación de la cultura mundial, pero los excluidos de este “orden mundial” luchan contra los valores de esta cultura mundial de la apoteosis del mercado, como se ha observado en las protestas de Davos, Seattle, Praga o Porto Alegre y en todos aquellos lugares donde se reúnen los “maitres du monde”, los líderes y responsables de las políticas neoliberales y de sus consecuencias. Ellos mismos reconocen que es necesario atenuar estas políticas por sus consecuencias desastrosas[1]”.
[1] López Segrera, Francisco: Notas para un estudio comparado de la educación superior a nivel mundial (fotocopiado) p.19.